El esófago de Barrett es consecuencia de reflujo gastroesofágico de larga evolución y además representa una condición premaligna para Adenocarcinoma Esofágico. Su definición exacta sigue siendo conflictiva (1). Podríamos aceptar actualmente definirlo como el reemplazo del esófago distal por mucosa metaplásica columnar (2). Este diagnóstico se hace básicamente por endoscopía y se confirma por biopsia.
En
las últimas décadas la mayor parte de los investigadores (sobre
todo en EEUU) restringieron el diagnóstico de Esófago de Barrett a
los individuos en que se encontraba una metaplasia de tipo intestinal
(1),
considerando que era el único epitelio columnar que predisponía a
la malignidad. En el Workshp de Montreal (2) se acordó que el
diagnóstico de Esófago de Barrett debía ser utilizado cuando
CUALQUIER tipo de metaplasia columnar esofágica fuera hallado
histológicamente, cualificándola luego como de “tipo intestinal”
o no. Esta forma de definir la entidad se complica por la dificultad
para determinar el límite distal del esófago por endoscopía. El
anátomopatólogo no tiene un método preciso para diferenciar mucosa
columnar de tipo gástrico del epitelio columnar esofágico distal
metaplásico (salvo que sea de tipo intestinal, con células
caliciformes). Por todo los antedicho las guías de EEUU y la
Británica difieren al considerar o no la existencia de células
caliciformes (metaplasia de tipo intestinal, que sabemos que es
claramente anormal en esófago) como requeridas para el diagnóstico
Pero
hay datos sugerentes de que el epitelio tipo cardial es asimismo
metaplásico, generado por respuesta al reflujo gastro-esofágico,
con perfil histoquímico y genético similar a la metaplasia
intestinal especializada, y que puede predisponer a la malignidad,
aunque sin haberse estimado la magnitud del riesgo (3).
Se
depende entonces sobre todo de la seguridad con que el endoscopista
puede localizar el sitio de las biopsias. Probablemente la
restricción del diagnóstico de Barrett a los casos en que se
encuentran células caliciformes es una exageración (1-4) y debe
reconocerse que el Esófago de Barrett “negativo para células
caliciformes” tiene potencial maligno. Entonces, ya que cualquier
tipo histológico de metaplasia columnar esofágica implica riesgo
para Adenocarcinoma, no debe ser en el futuro requerido que el
diagnóstico de esófago de Barrett que sea hecho con el hallazgo de
células caliciformes (1,3).
Referencias
1-
Review Barrett's esophagus: A historical perspective, an update on
core practicalities and predictions on future evolutions of
management (4).Dent J. J Gastroenterol Hepatol. 2011 Jan; 26 Suppl
1():11-30.
2-
The Montreal definition and classification of gastroesophageal reflux
disease: a global evidence-based consensus. Vakil N, van Zanten SV,
Kahrilas P, Dent J, Jones R, Global Consensus Group
Am
J Gastroenterol. 2006 Aug; 101(8):1900-20.
3-
Review Definition
of Barrett's esophagus: time for a rethink--is intestinal metaplasia
dead?
Riddell
RH, Odze RD. Am J Gastroenterol. 2009 Oct; 104(10):2588-94.
4-
Diagnosis and management of Barrett’s metaplasia: What’s new.
Segal F, Pankowski H.
World J
Gastrointest Endosc. 2012 September 16; 4(9): 379–386.